La historia está narrada a través de la visión de un niño de entre 9-10 años. Bruno el protagonista, deja la vida que tenía antes para irse a vivir con su familia al lado de un campo de concentración. El padre es el general del campo de concentración, tiene una hermana mayor de unos 13 años que siempre que puede se mete con él y su estatura, y su madre que como el padre es una amante de las normas. La casa está aislada, no hay casas por los alrededores, ni ningún niño con quien jugar. Un día después de acabar las clases de su profesor particular, sale a explorar por los alrededores y al otro lado de la alambrada conoce a un niño de su edad llamado Samuel.
Gracias a su nuevo amigo, Bruno descubre otra forma de amistad basada en la comunicación, ya que al estar separados por la alambrada no pueden jugar juntos.
A través de esa amistad, descubre valores fundamentales de la vida.
Por la desaparición de un familiar de Samuel, Bruno decide colarse al otro lado de la alambrada con un pijama de rayas igual que el de su amigo e ir en busca del desaparecido.
Creo que es una gran historia, es conmovedora, un poco dura, pero en la vida real ha habido historias más duras relacionadas con el tema. Me parece que la historia me ha marcado mucho, creo que ahora soy más consciente del sufrimiento del pueblo judío durante la época nazi.
Este libro lo recomiendo especialmente a las personas que empiezan la adolescencia (12-13 años), para que sean conscientes de lo que han sufrido muchas personas.
Yara, 13 años
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